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LetraSiete, la agonía permanente de los suplementos culturales

Pareciera que no le damos la importancia real, en el ahora y en la memoria, a esos pequeños suplementos culturales.


Esas pocas hojas que son los Suplementos Culturales, con el tiempo se establecen en una especie de pulso de pensamiento de distintas épocas, de distintos períodos, reflejando no sólo lo evidente, sino sobre todo el pensamiento y las tendencias culturales, las fricciones criticas y esa evolución (o no) del pensamiento de una sociedad. Sus dinámicas.


Se hacen invalorables, se convierten en testimonio vital para todo ciudadano inquieto y curioso por conocer parte de su propia memoria. Son para aquel ciudadano que siempre esta en búsqueda de entender de donde viene, qué lo construye y donde se refleja.


El sector cultural nunca dejo de estar amenazado. De estar condicionado. Es lo cierto. Ha sucedido en todas partes y, lamentablemente Bolivia no es una excepción.


En mi casa, por inquietud de mi madre, atesoramos la colección de suplementos de Presencia literaria, luego, por inquietud de mi hermano fuimos coleccionando Fondo Negro y El Juguete Rabioso. Luego vino RAMONA que, gracias a que mi hermano estudiaba en Cochabamba, todos nosotros en casa pudimos tener acceso a ese gran suplemento, hasta que me llegó el dichoso día de poder colaborar y ser parte de ellos.


Conservo con gran cariño una pequeña colección de RAMONA, sobre todo esas dos portadas que dedicó amablemente en la ocasión de los estrenos de mis películas (La Chirola y CIUDADELA).

Esos "suplementos" son parte de casa, parte de nuestra inquietud y memoria familiar. Los llevamos siempre. En mis constantes traslados, idas y regresos, me encargo que vengan conmigo o que estén celosamente custodiados. Siempre recupero entrevistas, comentarios o artículos que aparecen ahí, en ellos como primera fuente.


En mis largas ausencias de Bolivia, es mi madre la que sigue guardándolos cada fin de semana. Y, cuando regreso a casa, ella me los señala y yo me paso tardes enteras revisándolos. Es una manera de saber qué ha pasado en mi ausencia, un ritual. Una manera más fiel que el volátil internet.


El final anunciado por Letra Siete, representa para mi el triste final ya vivido por otros varios. Pero sobre todo es la evidencia de que la CULTURA y su posibilidad de construcción, aún no son prioridad para un país como el nuestro. Dan cuenta nuestro descalabro cultural. Dan cuenta de que el hábito de la lectura y su importancia para entendernos y vernos, sólo es afán de unos pocos Quijotes.


Agradezco y saludo todo el esfuerzo de aquellos que se animaron a llevar adelante cada uno de los suplementos culturales en éste país árido para ellos. Agradezco a Martin Zelaya, por su aporte y por también haberme invitado a colaborar con Letra Siente.


Cultivar nuestra cultura es nuestra mayor defensa posible. Nos ayuda a no distraernos! Nos alerta de la aparición o reinvención de esos "sastres" de poca monta, nos ayuda a identificar a esos “falsoafanes” que pululan.


En algún momento entenderemos que leer es altamente valioso y que el conservar espacios de debate vitalizan (dinamisan) y construyen la cultura de un país y de una región.


Texto publicado en RAMONA, sulemento cultural del diario Opinión; y en LetraSiete.


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